sábado, 22 de octubre de 2011

Journées Particulières

Hoy no soy yo quien firma este post.
Si algunos tienen en su madre un corresponsal digno de la mejor agencia de información, yo tengo unos ojos expertos en moda, que es lo que me interesa, residente en París, la capital de la moda, quien me cuenta y nos informa sobre todo aquello a lo que no podemos acceder cuando nos pilla lejos.

Jose Luís Maseda, nos inspira e ilustra cada mes con unas encíclicas destinadas al publico privado de familiares y amigos que nos encantan.
Siempre le digo que ha de crearse un blog. No lo convenzo, pero al menos nos cede su excelente material.
Espero los disfrutéis.

Journées Particulières, LVMH.

París, 15 & 16 octubre 2011.

José Espronceda cantaba en su Canción del Pirata aquello de : « Con cien cañones por banda, viento en popa, a toda vela, no corta el mar sino vuela, un velero bergantín… ». Haciendo uso de su palabra, pero transformando el todo a mi contexto, confieso que hoy he sido pirata y me he hecho con uno de los grandes tesoros de la Moda, así en mayúsculas, la Maison Dior.

Y es que te explico ahora mismo.

El fin de semana del 15 y 16 de octubre, el grupo financiero de lujo francés LVMH (Louis Vuitton Moët Hennesy) ha decidido muy acertadamente celebrar las « Journées Particulières », dos días en los que tanto en París como fuera de la capital francesa se han podido visitar las sedes, laboratorios, talleres, bodegas o fábricas de la casi totalidad de las firmas que lo componen.

Esto es, y entre muchos otros grandes nombres del lujo, marcas de relojería y joyería como Tag Heuer y Bulgari, bodegas como Veuve-Clicquot o Moët-Chandon, firmas de cosmética y perfumería como Make Up Forever y Guerlain o casas de moda como Céline, Givenchy, Louis Vuitton y Dior.

Así que decidido yo también a satisfacer un poco más mi necesidad de moda, me dirigí el sábado temprano al número 30 de la prestigiosa Avenue Montaigne parisina, sede de los talleres creativos y de costura de la Maison Dior.

La visita no necesitaba inscripción previa, y la apertura de puertas sería a las diez de la mañana en punto, con lo que creí lógico, visto el éxito de cualquier convocatoria moda en esta ciudad, acercarme mucho más temprano. Y allí me planté a las 08h45.

Aquí es donde retomamos la canción de Espronceda, que en mi versión vendría a decir algo así como: “Con cien montones de personas en la banda, el viento sopla, un frío que pela, no corta nada mal sus telas una firma de postín ».

A esas horas, bajo un sol reluciente (algo ya insólito en París), pero unos 10°C de frescor, la cola de gente esperando era algo increíble. Desde el punto en el que me encontraba yo, unas inteligentes pancartas indicaban que el tiempo aproximado de espera sería de unas dos horas, en plan parque de atracciones. Y la gente seguía llegando, y la fila seguía serpenteando por las calles del chic quartier parisino. Y más, y más.

Lo de las dos horas de espera del panel, sería algún tipo de alusión mitológica, porque de real tuvo muy poco. Conforme te acercabas a la entrada, unas azafatas estéticamente sacadas del escaparate de la tienda te entregaban una invitación con la hora estimada de tu visita. En mi caso, las 12h15. Es decir, tres horas y media después de mi llegada. Afortunado me siento al saber, que aquellas personas que llegaron a la cola a partir de las diez de la mañana, tenían por delante unas siete horas de espera. Ni más ni menos.

Pero la pasión por el medio y el amor a la profesión hacen pasar el tiempo rápidamente. Y al fin y al cabo, el frío viento glaciar conserva la piel. Pues eso.

Una vez dentro del edificio Haussmaniano en el que se encuentra la firma Dior, la visita guiada en grupos de quince personas empieza con una breve introducción sobre la casa y la exposición en la que te indican muy claramente que el uso de cámaras de fotos o de cualquier otro tipo está terminantemente prohibido, así que desafortunadamente no he podido conseguir material suficiente para que tus ojos puedan disfrutar tanto como lo hicieron los míos, y he de decirte que el poder ver tan cerca algunos de los modelos de alta costura más representativos de la firma es algo sencillamente impresionante.

La rápida visita (unos 30 minutos en total aproximadamente) transcurre no por los verdaderos espacios de trabajo de Dior (talleres y demás, secreto profesional obliga), sino por incontables salas en las que se han preparado unos escuetos pero eficaces stands recreando el ambiente de cada departamento de la firma. Con la persona responsable del mismo, y algunas de las manos artistas en cada uno de ellos, el recorrido te invita a conocer…

La sastrería masculina.

Breves puntadas en directo para descubrir el entramado de los trajes masculinos de la firma, en los que entre el tejido y el forro se crea una sucesión de hasta tres capas de entretelas en lino y crin de caballo para estructurar y dar la rigidez necesaria a las chaquetas que lucen impecablemente en cualquier percha, maniquí o afortunado cliente que se las ponga.

El taller de calzado femenino.

Partiendo del dibujo en papel del diseñador, el taller de calzado tarda unas doce horas por par de zapatos en dar forma a los sueños del mismo, y de tantas mujeres que desearían subirse a tales ejemplos del buen hacer para los pies.

El montaje de marroquinería.

Un « Lady Dior » montado ante tus ojos es un espectáculo digno de admiración. Materiales nobles (cuero, piel de cocodrilo, pitón…) y remaches metálicos exclusivamente realizados en plata, oro y oro blanco, explican el éxito de este modelo de bolso a través de los años.

El taller de alta costura.

Aquí el placer de la visita te puede desbordar las venas. Al menos en mi caso.

Una más que agradable première main d’atelier (jefa de taller) te explica con la pasión que desprende por su trabajo, el proceso detallado de la creación de un modelo de alta costura, desde el boceto del diseñador (en ningún momento se habló de Galliano) hasta el primer prototipo o « tarlatane » (realizado en tejido tarlatán, de algodón), que se hace directamente sobre maniquí y que una vez modificado y adaptado a las sugerencias del creador se transforma en patronaje sobre papel, antes de cortarlo en el tejido definitivo. A partir de ahí, alguna de las modistas del equipo se encargará, de principio a fin, del acabado del modelo. Un vestido normal, que no necesite muchas modificadiones, será confeccionado tras una media de entre 280 y 360 horas de trabajo. Todo a mano. Todo.

El taller de bordados.

La increíble destreza y rapidez con la que las manos de las bordadoras realizan su trabajo es solamente comparable al impresionante resultado final. Los tejidos son recubiertos con una capa de plástico fino en la que se dibuja el trazado del bordado y el tipo de abalorios a coser. Una vez terminada la obra, ese plástico desaparece al lavar el tejido con agua. Si el tejido, en cambio, es muy delicado y no resiste el lavado, la finísima capa de plástico se quita a mano y con pinzas de depilar. Truco de artesano que añade horas de trabajo.

El taller de alta relojería y joyería.

Impactante la delicadeza con la que las manos de los artistas relojeros y joyeros taladran los materiales preciosos (cerámicas, diamantes, circonitas, zafiros, rubíes…) ante la atónita mirada del visitante y los montan y desmontan para demostrarte su labor con tanta precisión que te dan ganas de aplaudir. Ver la creación del reloj N°VIII con la corona de diamantes, o ver la fabricación desde el molde de cera hasta la incrustación de esmeraldas del anillo rosa creado por Victoire de Castellane (diseñadora de las joyas Dior), no tiene precio. O sí, muchísimo.

El gabinete de creación de maquillage.

Junior, en compañía de Yen, quienes forman parte del equipo de Tyen (responsable de la cosmética Dior) te explican los detalles de la creación de los productos de maquillage de la casa, y demuestran en vivo, en un decorado representando el backstage de un desfile, porqué son los responsables del gabinete al maquillar en un momento a dos modelos de una belleza tal que ya de por sí no necesitarían ningún retoque. El resultado, por supuesto, espectacular.

El laboratorio de perfumería.

Poison, J’adore, Farenheit, Lady Dior, Hyptonize… tantos nombres conocidos en la perfumería y todo el abanico olfativo de muestras a tu disposición para crear y recrear los olores tan característicos y tan históricamente valorados por Christian Dior, el fundador de la marca.

Al pasar la media hora, con la visita terminada, y habiéndote quedado con ganas de (mucho) más, el personal del equipo de Dior, te acompaña hacia la salida despidiéndose, no sin antes regalarte una miniatura de uno de sus perfumes y el más que interesante catálogo de estas « Journées Particulières ».

Desde luego, más que nunca, sólo puedo decir « Dior, j’adore ».

10 comentarios:

Designing-Idols by Carmen dijo...

Qué fuerte, pero bien merecida espera, me parece un recorrido impresionante y felicidades al redacto, perfecta descripción, parece que iba a su lado - salvando las distancias de lo vivido -

Cheska dijo...

Fascinante el recorrido, que junto al fabuloso guia nos ha transportado en un "plis plas" al lujo de Dior. El ver el montaje que lleva una chaqueta masculina entre otras maravillas que nos ha contado Jose Luis ha sido increible!!
Gracias por compartirlo Mayte.

Bss
vistetedeseda.blogspot.com

Maite dijo...

Después de todo lo leído bien valía la espera!

laurelbis dijo...

Un atractivo y delicioso recorrido, la Maison Dior lo merece...!! Felicidades!!
Bstoss

JL de París dijo...

Me alegra poder haber compartido ese amor por la moda, me enorgullece poder haberlo hecho con tus lectores Mayte, y me alegra que os haya gustado... ¡¡¡Muchas gracias!!!

Olivia dijo...

Qué vestido más precioso el de encaje negro!

Buen fin de semana!

Olivia

http://olivia-little-things.blogspot.com/2011/10/novedades-en-pulseras-de-plata.html

Monsieur Pablo P.. dijo...

Que maravilla tener un corresponsal de su medida en Paris.
Este hombre tiene que hacerse un blog right now o que te escriba un post por semana, con todo lo que hay que ver en Paris!!
Gracias por la visita virtual, he llegado hasta a visualizar a los bordadores...

Andoni and Arantxa_ dijo...

amaaaazing, as usual J.L. Maseda ^_^

GINGER dijo...

Gracias Maite por habernos trasladado con tus palabras a esta experiencia maravillosa, un relato estupendo!! MARAVILLOSO!!!

Besos desde mi agenda

Mayte de la Iglesia dijo...

Ginger, el autor es Jose Luis, un gran amigo que desd Paris espero nos siga acercando grandes crónicas.

A&A: In love!!

Monsieur Pablo P: Lo tenemos fichado!! Esperemos se quiera unir!!

Olivia: Coleccion P/V 2011 fotografiadao en la tienda de Madrid.

JL paris: Preparate porque los fans te reclaman semanalmente!! jejej

Laurel BIs: Aunque no le pudimos acompañar fue como estar junto a él!!

Maite: Y mas la crónica!! No hay dinero para pagarle este maravilloso relato.

Cheska: Las gracias hay que dárselas a Jose Luis. Muy pronto más!!

Carmen: Habemus Correponsalus!!! jejejejj

GRACIAS JOSE LUIS POR TU RELATO Y A TODOS LOS LECTORES POR DISFRUTARLO Y ANIMAR AL CHICO PARA QUE NOS BRINDE MÁS Y MÁS POSTS!
BESAZOS JOSE LUIS
GRACIAS POR LOS COMENTARIOS!!